Barbas largas
que esperan las canas con ansias;
muertos que levantan su mano
como el reloj que no apunta a la noche.
Serán las tormentas
las que nos tapen los oídos,
para no escuchar
Al niño que orina en nuestra cerveza.
¿Estará caliente?
Esperaremos al juguete, el tesoro
que desenterraremos,
como solucionador de vidas.
Con tal de hablar al gran ojo metálico,
bailaremos con la esperanza.
No será agradable,
ya lo dijo el cuadro que parecía poco interesante,
hasta que alguien lo miró por detrás.
Descubrió una puertita con inscripción (SKTLCT),
demasiado peligroso para girar ese pomo de cuchillos.
Esclavos gritando
por el robo de sus cadenas,
que creen salvavidas.
¿Lloraremos todos juntos
el día que un perro nos apunte con su falo?
¿Gritaremos con las manos en la cabeza
cuando la virgen deje de depilarse
y le niegue su pecho a Dios?
¿Le preguntaremos a ÉL como siempre?
¡No! Dormiremos para cruzar la vía sin mirar.
sábado, 28 de agosto de 2010
lunes, 16 de agosto de 2010
Remolino de bombillas
Es el viento helado,
el señor de corbata a juego con sus bermudas;
pasea con una pata de cabra en la mano
abriendo las puertas y las ventanas de la ilusión;
así entrará el aire.
Entrarán las manos de agua
para sacar las cucarachas, las motas de los ojos,
romperán las agujas del reloj…
Esperaré ansioso a que venga,
le hablaré en un idioma
que ni él, ni yo conocemos,
sólo para escuchar su voz de saxofón
acompañada por violines.
Es el viento helado,
la señora de falda parlante
con un ramo de rosas fluorescentes;
corre con un perro que espanta los ruidosos silencios.
Las arañas mudas,
que masajean mi cerebro de lava
para que se petrifique,
serán devoradas a ladridos.
Sacudiré la mano,
es despistada;
tendré que agarrarla de su falda
hasta que apunte con su linterna.
Con las ventanas abiertas, el agua,
(las cucarachas, las motas, las agujas fuera)
la voz dulce, las telas ventrílocuas
Las flores, los ladridos,
(las arañas devoradas)
movimientos de mano,
llegará la noche de lluvia,
se podrá picar grafito, romper metales fundidos en nylon,
o jugar a las sombras, las luces, los relieves.
el señor de corbata a juego con sus bermudas;
pasea con una pata de cabra en la mano
abriendo las puertas y las ventanas de la ilusión;
así entrará el aire.
Entrarán las manos de agua
para sacar las cucarachas, las motas de los ojos,
romperán las agujas del reloj…
Esperaré ansioso a que venga,
le hablaré en un idioma
que ni él, ni yo conocemos,
sólo para escuchar su voz de saxofón
acompañada por violines.
Es el viento helado,
la señora de falda parlante
con un ramo de rosas fluorescentes;
corre con un perro que espanta los ruidosos silencios.
Las arañas mudas,
que masajean mi cerebro de lava
para que se petrifique,
serán devoradas a ladridos.
Sacudiré la mano,
es despistada;
tendré que agarrarla de su falda
hasta que apunte con su linterna.
Con las ventanas abiertas, el agua,
(las cucarachas, las motas, las agujas fuera)
la voz dulce, las telas ventrílocuas
Las flores, los ladridos,
(las arañas devoradas)
movimientos de mano,
llegará la noche de lluvia,
se podrá picar grafito, romper metales fundidos en nylon,
o jugar a las sombras, las luces, los relieves.
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