Barbas largas
que esperan las canas con ansias;
muertos que levantan su mano
como el reloj que no apunta a la noche.
Serán las tormentas
las que nos tapen los oídos,
para no escuchar
Al niño que orina en nuestra cerveza.
¿Estará caliente?
Esperaremos al juguete, el tesoro
que desenterraremos,
como solucionador de vidas.
Con tal de hablar al gran ojo metálico,
bailaremos con la esperanza.
No será agradable,
ya lo dijo el cuadro que parecía poco interesante,
hasta que alguien lo miró por detrás.
Descubrió una puertita con inscripción (SKTLCT),
demasiado peligroso para girar ese pomo de cuchillos.
Esclavos gritando
por el robo de sus cadenas,
que creen salvavidas.
¿Lloraremos todos juntos
el día que un perro nos apunte con su falo?
¿Gritaremos con las manos en la cabeza
cuando la virgen deje de depilarse
y le niegue su pecho a Dios?
¿Le preguntaremos a ÉL como siempre?
¡No! Dormiremos para cruzar la vía sin mirar.
sábado, 28 de agosto de 2010
Sal kon té (lágrimas calcando tótems)
Etiquetas:
garabatos subterraneos,
poesía,
rugido de sobaco sin domesticar
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