¿Qué pasaría si le dieran un lápiz a un desequilibrado mental?

sábado, 27 de agosto de 2011

Vacíos de una cabeza amueblada con despistes.

Si mi cuerpo
se vuelve de madera,
pero sin ramas,
seré ausente.
Si las trazas
son botellas sin cáscaras plegables
para un mejor amotinamiento,
seré ausente.
Si el enganche
de mi cabeza de yema
sólo sirve para toallero,
seré ausente.
Si mis caracoles
se enrollan más de lo debido
como baldosas entre almohadas en celo,
seré ausente.
Si los chichones que me hago
entre teclas como látigos,
sólo deforman la palabra “fracaso”,
seré ausente.
Si mis aprensiones
no se convierten en bocadillos
de teclas,
mejor que mi mente
esté completamente
ausente.

sábado, 13 de agosto de 2011

Requisitos mínimos.

- Buenos días, ¿Está el señor Batista?
- Buenos días, Si, soy yo, ¿Qué deseaba?
- He visto el cartel y quiero hacerme socio de este club del ocultista.
- Para entrar debe ser también independentista.
- Lo soy, incluso nacionalista.
- ¿Y comunista?
- No, eso no, pero odio a los carlistas.
- ¿No será por casualidad fascista?
- Tampoco, mi odio es mayor hacia los falangistas.
- Aun así no le queremos, aunque me diga que es socialista, o marxista.
- ¿Vale si soy altruista?
- Tampoco. ¿Es por casualidad motorista?
- No, pero tengo bicicleta. Mire la tengo ahí, me la está guardando ese taxista.
- Odiamos al ciclista, pero puede que tengamos un hueco si es usted antagonista.
- ¿Antagonista?
- Si, aquí no entrará si se cree un protagonista.
- Bueno, pues deme alguna otra pista.
- Tiene alguna oportunidad si es expresionista.
- Más bien soy simbolista.
- Lo siento, pero no tiene cabida en este club del ocultista.
- Me puedo hacer como mucho realista.
- Esos no son bien recibidos, así que no persista.
- Pero si soy artista.
- Por favor, no insista.
- Pues sígame diciendo, no desista.
- Bueno, puede tener opciones si es periodista.
- Caramba, no doy una… yo soy oficinista.
- Eso no está en mi lista.
- ¿Y si soy accionista?
- Mire mejor váyase de mi vista.

sábado, 6 de agosto de 2011

Cuchicheos de cadenas con viento

Desde todas las direcciones
se oyen los susurros
que incitan
a la descorporización
como derretirse en las alcantarillas.

No dejaré
que mis ojos
se siembren entre las crines.

Sé que las mirillas cuentan
sobre los meros encapuchados,
que ordenan a los peces-mano
a recorrer los filos de las piedras,
buscando caparazones.

No dejaré
que mis ojos
se siembren entre las crines.

Huiré decidido
antes de escuchar las voces de los pomos,
que narran las baladas
de las orillas.

No dejaré
que mis ojos
se siembren entre las crines.