Desde todas las direcciones
se oyen los susurros
que incitan
a la descorporización
como derretirse en las alcantarillas.
No dejaré
que mis ojos
se siembren entre las crines.
Sé que las mirillas cuentan
sobre los meros encapuchados,
que ordenan a los peces-mano
a recorrer los filos de las piedras,
buscando caparazones.
No dejaré
que mis ojos
se siembren entre las crines.
Huiré decidido
antes de escuchar las voces de los pomos,
que narran las baladas
de las orillas.
No dejaré
que mis ojos
se siembren entre las crines.
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