¿Qué pasaría si le dieran un lápiz a un desequilibrado mental?

sábado, 27 de agosto de 2011

Vacíos de una cabeza amueblada con despistes.

Si mi cuerpo
se vuelve de madera,
pero sin ramas,
seré ausente.
Si las trazas
son botellas sin cáscaras plegables
para un mejor amotinamiento,
seré ausente.
Si el enganche
de mi cabeza de yema
sólo sirve para toallero,
seré ausente.
Si mis caracoles
se enrollan más de lo debido
como baldosas entre almohadas en celo,
seré ausente.
Si los chichones que me hago
entre teclas como látigos,
sólo deforman la palabra “fracaso”,
seré ausente.
Si mis aprensiones
no se convierten en bocadillos
de teclas,
mejor que mi mente
esté completamente
ausente.

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