Vienen saltando de barranco en barranco
los muertos,
que a pesar de escribir sus nombres
con mi orina;
danzan con su baile de piernas y brazos.
¡Ventrilocuos!
Vendrá solo, con el bigote lleno
de vulvas
cantando una melodía bifónica
llena de enchufes flotantes.
Harán de ellos volteretas,
trompas, violines, ceniceros.
¡Ventrílocuos!
Traerá una docena de bailarinas rusas
en su maleta desvencijada,
traerá contratos
que sugieres poros
como los rezos a cobro revertido.
¡Ventrilocuos!