No comeré carne de semihumanos
a quien unos reyes
le han traído una caja con trucos de magia.
Harina afeitada
y heridas fermentadas.
Vomité todas las cruces tragadas
que intentaban convertir arena en nubes;
cada grano se reveló
provocando los silbidos de mis poros.
Harina afeitada
y heridas fermentadas.
Mis bocas no observan atentas
el espectáculo de disfraces
como efecto de luces purpureas
que ciegan las calvas arrodilladas.
Harina afeitada
y heridas fermentadas.
Provocaron los clavos
un baile en los huesos,
como el malabarismo de tablas
que entierran los enchufes de los últimos quicios
ya perdidos en los horizontes rúbricos.
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