Firmando en un cielo anclado
de paredes saladas,
espero el baile
del papel higiénico,
como el sentimiento
de los que se lanzan
al vacio.
Me acuchillarán
aunque no quiera parecer
un regalo
y así empieza…
Aun con las cuerdas de los oídos,
que ahora son mi horca
amarrando mis muñecas,
convertirán mis dientes
en llaves despuertadas.
Serán señales
o incómodos lugares
que quedan por convertir.
Me acuchillarán
aunque no quiera parecer
un adorno,
y así empiezo…
Un aire se convierte
en dedos
que señalan el bordado ocular
de mis sienes,
porque así vuelan las bandas
como siete candados.
Me acuchillarán
aunque no quiera aparecer
un maniquí
y así empezó mi curvamiento.
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