¿Qué pasaría si le dieran un lápiz a un desequilibrado mental?

sábado, 17 de octubre de 2015

Encontrarla para destruirme

Bajo la masa fundida
estaba ella, desnuda,
con acordes en los muslos,
cubriendo su sexo.
Sus pechos se multiplicaban
a cada gemido,
como a mí se me descosían
las pupilas,
termitas huérfanas.
Un día se me caerán
los perros de la boca,
porque su piel inversa
y blanca se deshilachaba
en bisagras.
Sus pezones eran llamas diminutas,
y por su espalda resbalaban
conjugaciones
como laberintos de piernas y brazos.
Se ahogaba,
se quemaba
como páginas sin marcar,
en un remolino de dientes.
Un día se me caerán
los perros de la boca,
porque su piel inversa
y blanca se deshilachaba
en enchufes.
Sus labios
emanaban el líquido magnético
que sustituía los dolores
por monedas.
Su pelo se anidaba
porque a mí me engullía
bajo la masa fundida.

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