¿Qué pasaría si le dieran un lápiz a un desequilibrado mental?

sábado, 31 de octubre de 2015

Transformación de las venas en abrigos

Un disfraz de rata reptaba hacia mí como un antiguo presagio, y los muertos empezaron a caer de manera perpendicular, impactando con la cabeza en las aceras, mientras los tambores vacíos sonaban en las tumbas.
Dejé de existir en 1865.
Las calles quedaron repletas de cuerpos, y todos tenían mi cara, por ello tuve que recoger todos los cadáveres, para evitar confusiones innecesarias.
Las ventanas en celo llamaban a los pomos, provocando orificios en los colchones de lujo.
Dejé de existir en 1865.
Al pasar a la edad adulta los sombreros se convirtieron en las plumas, como los señores que creían que al dejar de tocar los tambores dejarían de sufrir los problemas bautismales.
No querer, o
no creer,
porque las cruces no eran cuerpos, no eran huesos, no eran gusanos, no eran panes, no eran teclas;

eran hijos defraudados como
tierras o carnes conquistadas,
en quieren los dioses no creían.

Dejé de existir en 1865.

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