Aquella cucaracha,
que tanto me costó matar,
era una diminuta mujer
que hacía resistencia a la suela…
- ¡Me recordarás eternamente!
…y de sus entrañas salió un señor volando.
Ahora
paseo por jardines
que no tienen flores,
ni siquiera capullos;
son cabezas de mujer desnuda.
Nado en el mar abierto,
no hay pescados
revoloteando entre mis pies;
son cabezas de mujer desnuda.
La recordaré
eternamente.
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