sábado, 7 de julio de 2012
Moscas como baúles y a veces como órganos
Corría a velocidad dimensional, mientras un Cristo desclavado perseguía ansioso mis pasos.
Abriendo una puerta, intentó detenerme el hombre de 1993.
Varias copias mías paseaban por el mismo parque sin inmutarse ante mi huida.
Los tres clavos mataron a tres de mis réplicas y la cruz atontó a uno; puede que de ahí vengan los problemas.
Encogiendo el riñón pude esquivar la corona de espinas.
Cuando pensé que me alcanzaba mis pies comenzaron a crecer desde la almohada; por una trampilla o una colcha volví sudoroso a mi habitación.
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