Sigue pescando
pescador insaciable
rompe el reloj contra la quilla de tu barco;
sigue esperando
que piquen
las piezas de lavabos olvidados,
los viejos calzoncillos acartonados,
el vello púbico de una muchacha virgen,
lo demás no vale nada.
Sigue pescando
pescador insaciable
deja que las lenguas salgan de las grietas de tu rosto
sigue esperando
que piquen
los Cristos que dejaron de ser hombres santos,
las cortinas de dedos cosidos por señoras,
las plataneras rumbrientas que tuvieron esposos extranjeros,
lo demás no vale nada.
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