En este banco estaban sentadas unas enormes señoras, que con su peso rompieron el banco. Su despistados y enjutos maridos no se percataron de la caída porque admiraban a unas quinceañeras que con sus ceñidas ropas se insinuaban ante los viejos verdes. Después de varios alaridos de orco los viejos salieron de su embelesamiento y haciendo palanca con los tablones del respaldo lograron poner en pie a sus señoras. Luego tuvieron que salir por piernas, porque una masa enfervorecida los seguía señalándolos y riéndose.
sábado, 29 de diciembre de 2012
sábado, 22 de diciembre de 2012
Trágico final del bufón Lubber Das
A
Jeroen Anthoniszoon Van Aeken
Sólo
había saludado a una monja utilizando un viejo truco de ventriloquía con mi
miembro; quedó sorprendida, intentando interiorizar la biblia.
Buscaste
una respuesta en mi interior y la libertad en forma de flor te escupió en la
cara.
Pobre
Lubber Das, sólo querías hacer reír.
Sólo
orinaste en el vino de comunión, ¿Cómo se enteró del cambio de sabor antes de
dar la misa?
Pobre
Lubber Das, sólo querías hacer reír.
Pensabas
recibir un mensaje divino con ese embudo y recibiste mi alegre grito que hizo
estremecerte ¿te parece poco?
Sigue
escarbando mi cabeza el tiempo que quieras, sólo encontrarás jardines repletos
de enchufes abonados con medias de rejilla y que comienzan a florecer.
Pobre
Lubber Das, sólo querías hacer reír.
No
se dan cuenta quien es el loco.
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Paseo subterráneo de vientos plásticos,
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sábado, 15 de diciembre de 2012
Instrucciones de uso externo
1.- Inserte la pieza A en la B.
2.- Lamente la pérdida.
A.- La pieza B2 nunca entrará en la CX.
27.- Insista.
¡Los extraños! ¡Los extraños! Traerán las desgracias dobladitas o todas las restas darán el mismo resultado.
3a.- Compre un taco y olvídese de pagar.
c.- Lamente la compra, o en su defecto vuelva a lamentar la pérdida.
9.- Sáltese los dos siguientes pasos.
8.- Desenrosque la base y apóyela en el pliegue.
7.- Llame al número que le apetezca y exija una explicación inmediatamente.
12.- Retuerza, apriete, extraiga, flexione, atornille, despegue (cuidado con el techo y su cabeza al despegar).
IV.- El cono d no se estirará, lo hará en cambio, y cuantas veces quiera, el D.
XIIa.- Desespérese y pida ayuda a un especialista.
Se retorcerán a la espera de los que cargan las tumbas, serán menos felices; entonces, sin esperar un segundo se calzarán el sexo de los muertos.
F.- Susurre algo inconexo u ofensivo a las piezas que sobren.
-3.- Admire el resultado aunque este le parezca ridículo (Usted también lo es).
sábado, 8 de diciembre de 2012
sábado, 1 de diciembre de 2012
Testificación de la santa nalgada
a Max Ernst
Los golpes que llamaron la atención de los tres señores olían a carne resucitada.
¿Quién te dio permiso para andar sobre las aguas?
Admiraban los señores la santa maestría de la nalgada oblicua.
¿Quién te dio permiso para curar a los enfermos?
La aureola sonó a alambre orinado, a céntimo saltarín o a carcajada con óxido.
¿Quién te dio permiso para multiplicar la comida?
Aplauso de los testigos. Brindis de vino. Repartición de bocadillos. Ovación y festejo.
¿Quién te dio permiso? ¡A tu cuarto!
…¿por qué me has abandonado?
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