¿Qué pasaría si le dieran un lápiz a un desequilibrado mental?

sábado, 21 de mayo de 2016

Caramelos como pasillos de castillos medievales.

Maquillaban a los muertos en las calles y nadie se quejaba. Era la veneración mediante la ridiculización de los que ya no están. Los bancos se llenaban de fallecidos con las caras de colores.
El mago se sacaba                   El arlequín gritaba
huesitos de niño                      las dentaduras
 de la boca                             de los drogadictos
y de la chistera                       que se quisieron
una rata.                                y murieron.
Tenía de nacimiento los ojos hinchados por los golpes, y se pensaba que sus manos eran cebollas. Las tripas querían huir desde el primer momento y convertirse en una imagen de Horace Walpole. Las piernas no respondían, se desdoblaban imitando a la mantequilla, porque las pistolas de juguete se disparaban solas.
Había llegado mi hora,
         y por la ventana escuchaba
                   mi antiguo nombre escupido
                            por los cráneos de las reces,
                                      y los niños sucios, exprimidos
                                               por miles de naranjas maduras,
                                                        aullaban mi condena infinita.

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