¿Qué pasaría si le dieran un lápiz a un desequilibrado mental?

sábado, 14 de mayo de 2016

Maneras de despertar después de un trance traumático.

Bostezar o tirarse en paracaídas,
respirar o afeitarse las encías,
escribir o convertirse en un asesino en serie,
porque todo debe ser una cuestión de claves de acceso.
En el proceso de selección entra en juego el azar y la escucha de conversaciones ajenas fragmentadas; no vale por lo tanto conocer al individuo, participar en la conversación de manera activa o recíproca, o incluir dos veces a los mismos participantes.
Aquella niña
me enseñó
que en caso de emergencia
podía arrancarme los dientes
y usarlos con el tirachinas;
sólo así se podía
vencer al señor del disfraz de rata.
Sudar o tirarse sin paracaídas,
cantar o afeitarse las pupilas,
narrar o matar brutalmente a un inocente.

Aquel maniático besaba la tierra, lamía el suelo, olisqueaba los rincones, nos buscaba, pero sonaron las trompetas de la muerte. Conseguimos huir gracias a las técnicas de escapismo ancestral.  La suerte se nos presentaba en forma de vaca de porcelana destruida por las mucosidades de los desorientados.

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